Acqui Terme es uno de los centros más importantes del Alto Monferrato en la provincia de Alessandria y región del Piemonte. Es una ciudad de unos 20.000 habitantes situada en el valle del río Bormida. Lo que destaca de esta ciudad son sus aguas termales, que brotan de las fuentes milenarias, tan apreciadas ya en la época romana.

Uno de los edificios que no te puedes perder es el Castello dei Paleologi. La fortaleza fue construida con fines defensivos y, aunque no se sabe su fecha exacta, se cree que pudo ser alrededor del S. XI y su función se mantuvo hasta el S. XVIII cuando pasó a manos de los Saboya y durante la época napoleónica que se utilizó como prisión. El castillo en la actualidad es el resultado de la reconstrucción iniciada en 1663 y las últimas intervenciones iniciadas en 1860. Alberga el Museo Archeologico de Acqui Terme.

El Museo Archeologico di Acqui Terme tiene tres secciones distribuidas en seis salas en las que se recorre la evolución de la ciudad desde la prehistoria hasta la Edad Media. Concretamente, las dos primeras están dedicadas a la prehistoria y la Edad del Hierro, las tres siguientes a la época romana y la última contiene restos medievales. Destaca la sala principal dedicada a la vocación termal de la poblaciónn y hay una reproducción del Bollente. La visita al museo puede ir seguida de un agradable paseo por el Giardino Botanico instalado dentro de las murallas del castillo.

Son varios los restos romanos que ver en Acqui Terme: Acquedotto Romano, la Piscina Romana y el Teatro Romano.

El Acquedotto Romano es una imponente obra arquitectónica, construida en el S. I a.C., que servía para llevar el agua desde Lagoscuro, ubicado en el municipio de Cartosio, hasta Acqui Terme y, en concreto, para usos relacionados con el balneario o las necesidades de la ciudad. El acueducto tenía originalmente 13 km de longitud y la mayor parte discurría bajo tierra en la ciudad. Además contaba con cuarenta pilares aproximadamente de los que hoy en día quedan quince, flanqueados por cuatro arcos rebajados, que sostenían la tubería de agua. De hecho, se encuentran entre los mejor conservados de su categoría en todo el norte de Italia.

La piscina romana fue descubierta en 1913 aunque no fue hasta las excavaciones de las décadas de 1970 y las del 2000 que se descubrió que tenía una superficie de 13 m de largo por 6’5 m de ancho. Su suelo estaba construido con magníficos mármoles probablemente provenientes de Grecia o Asia Menor, un techo abovedado cubierto de mosaicos y grandes ventanales de vidrio. Se había insertado en un barrio lúdico destinado al tratamiento y al entretenimiento, ubicado en el límite de la actual localidad habitada.

El Teatro Romano fue originalmente un imponente anfiteatro y lo que se ve hoy en día en una pequeña parte. La parte más importante de la estructura, descubierta durante las excavaciones, lamentablemente quedó cubierta debido a las dificultades que habría supuesto su exposición.

Acqui Terme es también famosa por sus fuentes calientes que simboliza el estrecho vínculo entre la ciudad y las aguas termales. Destacan la Bollente, la Fontana delle Ninfee,

La Bollente está ubicada en la plaza que lleva el mismo nombre, a pocos pasos de la Piazza del Duomo con la catedral de Santa Maria Assunta. Se trata de un edículo de mármol de planta octogonal, construido por el arquitecto Giovanni Cerutti en 1879, pero su origen data de la época romana. Su nombre deriva a que su agua sulfurosa con sal, bromo y yodo llega hasta los 75ºC. Esta fuente es un símbolo de la ciudad. Sus propiedades curativas hacen que a menudo haya largas colas de lugareños y turistas para llenas sus vasos. Según las leyendas locales, era costumbre sumergir a los recién nacidos en agua hirviendo muy caliente para endurecerlos y probar su resistencia. Los niños que sobrevivían merecían el título de «sgaientò», quemado en el dialecto local.

La Fontana delle Ninfee fue construida a finales del S. XX. Está formada por una larga escalera de mármol compuesta por una secuencia de estanques que, brotando agua en lo alto de Corso Viganò, se suceden hasta llega a Piazza Italia.

El edificio religioso más importante de Acqui Terme es la Cattedrale di Maria Assunta. Su origen es románico y fue consagrada en 1067 por San Guido, Santo Protector de la ciudad. Externamente, la catedral podría parecer muy simple, aunque destaca la portada de tres arco y el rosetón, pero su interior es completamente diferente. Está compuesto por tres naves (ampliados a cinco en el S. XVIII) y fue totalmente reconstruida entre los S. XVI y XIX. Está decorada con estucos dorados y frescos, entre los que destacan un altar de estilo barroco y el bello trittico dell’Annunciazione que fue pintado por Bartolomeo Bermejo. Sus decoraciones fueron realizadas entre los Ss. XVIII y XIX.

El resto de las iglesias que ver en Acqui Terme son: la chiesa della Madonna Addolorata y la chiesa di San Francesco.

La basilica della Madonna Addolorata, a la que también llamaron chiesa di San Pietro, es románica y fue construida como la iglesia abacial del desaparecido monastero di San Pietro que había sido fundado en el S. XI. En su fachada destaca la imponente portada esculpida a finales del S. XV por Giovanni Antonio Pilacorte. Su peculiaridad es que se encuentra parcialmente bajo la superficie de la carretera; de hecho, para acceder a ella hay que bajar una pequeña escalera que nos remonta a la altura que tenía el suelo hace 10 siglos. En su interior se conserva un gran fresco de mediados del S. XVI que representa «La Pietà» rodeada por los obispos S. Maggiorinio y San Tito. Esta obra pertenece a la escuela lombarda y conserva aspecto pictóricos del llamado «gótico internacional». También son dignos de mención dos lienzos con «L’Incoronazione di spine» y «Gesù di fronte a Pilato» del S. XVII y la estatua de madera de la Madonna Addolorata. También podrás ver aquí el Trittico della Madonna di Montserrat pintado al óleo sobre madera por Bartolomé Bermejo.

La chiesa di San Francesco se construyó alrededor del año 1244 y fue reconstruida la iglesia y el claustro entre la primera mitad del S. XV y principios del S. XVI . Y de nuevo en el S. XIX, tras la época napoleónica. En su interior hay obras de gran valor como «l’Immacolata Concezione» del Moncalvo a principios del S. XVII, «l’Adorazione del Magi» de Raffael Angelo Soleri realizada entre 1589 y 1590, «Madonna con il Bambino tra San Francesco e Sant’Antonio di Padova» del S. XVII y otros lienzos también del S. XVII. No te pierdas los frescos de la bóveda de Pietro Ivaldi, conocido como «el Mudo».

Entre los edificios civiles que ver en Acqui Terme son la Torre Civica dell’Orologio y el Palazzo Robellini. También en las afueras podrás ver la Villa Ottolenghi Wedekind.

La Torre Civica dell’Orologio fue construida en 1763 y diseñada por Giuseppe Domenico Trolli. Está ubicada a pocos pasos de la Bollente y es otro de los monumentos más importantes de la ciudad. Cabe señalar que la puerta que conecta la Piazza della Bollente con Corso Italia, y sobre la que se levanta la torre, es mucho más antigua que la torre actual y data de finales del S. XII y es por ello por lo que se llama «La Torre senza fondamenta». Desde lo alto de la torre podrás disfrutar de una espléndida vista de la ciudad.

El Palazzo Robellini fue construido en el S. XVI y renovado en el S. XVIII.

La Villa Ottolenghi Wedekind está situada en las afueras de la ciudad, en las colinas cercanas. Es una casa señorial llena de importantes obras de arte que fue construida en el año 1920 por voluntad de los condes Ottolenghi. Este complejo es el único en Italia de estrecha colaboración entre arquitectos, pintores, escultores y mecenas para crear la villa. El mecenazgo de los condes trajo a la villa a artistas tales como Ferruccio Ferrazzi, Fortunato Depero, Adolfo Wildt, Liberto Andreotti, Fiore Martelli, Arturo Martini, Rosario Murabito o Venanzio Crocetti. Su jardín, diseñado por el arquitecto paisajista Pietro Porcinai, tiene una extensión de unos 10.000 m2 y ganó el European Garden Award en 2011. En esta villa también podrás hacer una degustación de vinos de la excelente bodega de la finca.

Recomendaciones para fotografiar: sube a la parte más alta de la Torre dell’Orologio para disfrutar de las vistas.

Recomendaciones para comer: los mejores restaurantes donde podrás probar los platos recomendados son el Cittu Bai, Osteria 46, Da Nonna Gina, Ristorante Angolo Divino, Ristorante il Moncalvo, Trattoria Montestregone, Osteria X Bacco, Pizzeria La Dolce Vita y Terzo Tempo al Cascinone.

Platos Recomendados: En cuestión de vinos destacan  el Dolcetto d’Acqui y el Brachetto d’Acqui. De primero destacan los agnolotti y las carnes cocidas mixtas. Aquí se suele degustar con la típica Robiola de la cercana Roccaverano, un queso tierno que se obtiene con leche de cabra u oveja. Filetto Baciato, una carne curada hecha de un filete de cerdo salado y fragante, luego envuelto en una pasta dura de salami de cerdo y luego embutido en una tripa de cerdo. En cuanto a postres destacan Torcetti, brutti e buoni, novellini, pavesini, krumiri, savoiardi y sobre todo los Amaretti d’Acqui, dulces elaborados a base de almendras, clara de huevo y azúcar. Otros también como Torrone, lingue di suocera, bombones de crema de castañas, cioccolato fondente, Como no pueden faltar los tartufi y funghi.

Recomendaciones para dormir: podrás alojarte en Villa Gioia, Hotel Valentino, Saint Mary Magdalene, Il Sambuco Innamorato, Appartamento Nizza, Hotel La Meridiana y A Casa di Gloria.

Recomendaciones para aparcar: no hay lugares destinados para aparcar.

Recomendaciones para visitar en los alrededores: puedes visitar Tiglieto y su primera Abbazia cistercense italiana o Sezzadio con su Abbazia Benedettina di Santa Giustina.