Una de las rutas indispensables cuando se piensa recorrer la Toscana es perderse por el Val d’Orcia. Un valle precioso que se encuentra situado al sur de la Toscana entre las provincias de Siena y Grosseto y que maravilla a quien lo descubre. Por todo ello, en 2004, fue seleccionado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El Val d’Orcia lo conforman fundamentalmente 5 pueblos: Castiglione d’Orcia, Montalcino, Pienza, Radicofani y San Quirico d’Orcia; aunque también son interesantes de descubrir Bagni San Filippo, Bagno Vignoni, Contignano, Monticchielo, Rocca d’Orcia y Vivo d’Orcia.

CASTIGLIONI D’ORCIA. En mi ruta por la Toscana no me dio tiempo a incluirlo en mi recorrido pero no descarto volver una segunda vez con más intensidad y conocer mejor este valle. De esta localidad es el artista del S. XV Lorenzo di Pietro a quien la plaza principal, llamada Piazza Vecchietta, va dedicada. Si recorres Castiglione te encontrarás el palazzo comunale, la chiesa romanica de piedra de Santa Maria Maddalena y la chiesa dei santi Stefano y Degna, la más importante. También hay un museo, la Sala de Arte San Giovanni, ubicado en el antiguo Oratorio San Giovanni Battista con obras de Simene Martini, Lorenzo di Pietro (Il Vecchietta) y Giovanni di Paolo. No te olvides de la Rocca de Tentennano del S. XIII. También hay otra fortaleza, la Rocca Aldobrandesca.

MONTALCINO es de sobra conocido en el mundo enológico por su excelente Brunello. Pero esta localidad no es solo vino, es Val d’Orcia y es Toscana por lo que también es medieval y por ende, uno de los pueblos más bonitos de esta región. En un pequeño resumen diré que en tu visita no puede faltar la Fortezza di Montalcino, la piazza del Popolo con su palazzo dei Priori, la chiesa di Sant’Agostino, el Museo Cívico, el Duomo di San Salvatore y la chiesa della Madonna del Soccorso. A las afueras puedes acercarte a ver abadía románica de Sant’Antimo.

 

Si PIENZA fue construida como la «Ciudad ideal» del Renacimiento, puedes estar seguro de que no te va a decepcionar. Allí nació Eneas Silvio Piccolomini, el futuro Papa Pío II. Fue tal el amor que le tenía a su pueblo natal que lo remodificó completamente: para empezar le cambió el nombre que tenía, Corsignano, por el actual gracias a una Bula Papal. Y aunque no terminó de ver su obra culminada ya que murió joven, el diseñador y constructor al que encargó su sueño, Bernardo Rosselini, hizo un gran trabajo con el Duomo di Santa Maria Assunta, el palazzo Piccolomini, el Palazzo Comunale, el palazzo Borgia, y el Corso Rossellino, una calle que va desde Porta Murello o Porta al Prato hasta Porta Ciglio y los edificios palazzo Salomone Piccolomini, palazzo Ammannati, palazzo Jouffroy, palazzo Gonzaga Simonelli, el palazzo Cardenale Atrebatense y le Case Nuove, las casas nuevas que tuvo que construir para que viviesen los antiguos habitantes y cuyas casas tuvieron que ser derruidas para poder construir ese sueño. Otros edificios son la chiesa di San Francesco, el conservatorio de San Carlo y la Pieve di Corsignano donde fue bautizado el Papa.

 

RADICOFANI es otra de las localidades de la Val d’Orcia que me quedó por ver y que dejaré para una próxima vez. Esta localidad vio nacer a Ghino di Tacco, un personaje recordado como el Robin Hood de este valle y cuyo hogar no era nada más y nada menos que la Fortaleza (en la actualidad alberga el Museo del Torreón). Su estatua está situada en los jardines públicos. Aun con todo te dejo una lista con los edificios más importantes que te encontrarás allí: la chiesa di San Pietro del S. XIII, la chiesa di Sant’Agata, el palazzo Pretorio en cuya fachada hay escudos de armas esculpidos, el palazzo della Posta. Si está incluida en la Bandiera Arancione del Touring Club Italia por algo será. En los alrededores hay que destacar el Bosco Isabella un fascinante jardín definido como «romántico y exotérico» construido a finales del S. XIX en el que sobresale una pirámide de piedra.

SAN QUIRICO D’ORCIA lo usé como base para recorrer los alrededores y no pude quedar más satisfecha. Restaurantes increíbles y medianamente bien de precio aunque puedes tener problemas al mediodía ya que algunos solo abren para las cenas. En cuanto a edificios importantes destacan: la chiesa di San Francesco (a la que también se la llama Chiesa della Madonna), la Collegiata dei Santi Quirico e Giulitta y la chiesa de Santa Maria Assunta. No te puedes perder l’Horti Leonini y el Jardín de las Rosas. En los alrededores es imprescindible el Boschetto dei Cipressi, un conjunto de cipreses a los que se llega por un camino de piedras y donde es posible acercarse solo hasta 500 m pues se atraviesa una propiedad privada. La Cappella della Madonna di Vitaleta con más cipreses flanqueándola y que se encuentra a pie de la carretera que va de San Quirico a Pienza, la colina del Podere Belvedere y a 26 km la impresionante Abbazia di Monte Oliveto Maggiore.

 

Pero si no te quieres quedar solo en los más importantes te animo a descubrir el resto de los pueblos medievales que guarda la Toscana: Bagni di San Filippo, Bagno Vignoni, Campiglia d’Orcia, Contignano, Monte Oliveto Maggiore (hay una abadía o quizás es solo la abadía y se puede dar un salto desde Montalcino, esto lo tengo que mirar), Monticchielo, Rocca d’Orcia (plaza, castillo y restaurante con estrella Michelín) y Vivo d’Orcia.

BAGNI DI SAN FILIPPO son básicamente las termas gratuitas de aguas sulfurosas que están situadas cerca de la población y que cuenta con tan solo 91 habitantes. Ballena Bianca es el nombre que recibe la inmensa piedra calcárea donde se encuentran las termas.

BAGNO VIGNONI sobresale por su inmensa plaza cubierta por una piscina termal en la que no puedes bañarte. La población dispone de diversos restaurantes con vistas espectaculares y diferentes parkings de pago; dispone también de varias instalaciones y hoteles donde sí es posible tomar los baños.

 

CAMPIGLIA D’ORCIA es un pequeño pueblo fracción de Castiglione d’Orcia y está situado a 800 msnm. En él podrás ver la chiesa di San Biagio consagrada en 1648 y reconstruida en 1795 y las ruinas del Castello di Campigliola o también llamada Rocca Visconti, que es la familia que dominó la zona en el S. XII. Hay una torre en la cima del monte desde la que puede verse toda la Val d’Orcia; aunque de las murallas que hubo en su día no queda nada, sí está la Porta Sud. Destaca la «Festa del Marrone» el último domingo de octubre.

CONTIGNANO es una pequeña fracción de Radicofani. Destaca la Torre del Cassero, una plaza con un pozo en medio y un palacio nobiliario además de la chiesa di Santa Maria Assunta y la Cappella di San Rocco. Existen dos puertas que dan acceso al castillo, una junta al Cassero y la otra a la que llaman Porticciola, en el muro norte. En Navidad hacen un Pesebre Vivente, en julio una fiesta medieval y en agosto destaca la Sagra del raviolo.

MONTICCHIELLO es un pequeño pueblo de origen medieval perteneciente a Pienza. Destaca la muralla, de la que se conservan todavía siete torres y la porta Sant’Agata. La Torre del Cassero es lo que queda de lo que fue el castillo construido en el S. XIII, época de máximo esplendor y que duró hasta el S. XVI. Dignas de admirar son también la pieve dei Santi Leonardo e Cristoforo de la segunda mitad del S. XIII con estilo románico-gótico y la pieve di Santa Maria dello Spino, reconstruida por la familia Saracini en 1570. El Teatro Povero es un espectáculo digno de ver fundado en 1967 que se organiza cada verano por los habitantes del pueblo, que son autores, actores, directores… No olvides acercarte a la carretera de los cipreses, de 1 km de longitud, con forma de serpiente que encontrarás en dirección a Montepulciano.

ROCCA D’ORCIA es un pequeño pueblo medieval a tan solo 1 km de Castiglione d’Orcia a quien pertenece y cuyos orígenes fueron etruscos. De gran importancia están los restos de la Rocca Tentennano construida entre los S. XI y XII por la familia Aldobrandeschi que fue un centro de control de la Via Francigena, una ruta que conectaba Canterbury con Roma. Sube a la parte más alta de la torre para contemplar las impresionantes vistas de la Val d’Orcia. En el mismo pueblo destaca la piazza della Cisterna y la chiesa di San Simeone. Y, como en todo pueblo medieval, piérdete por sus calles por las que parece no haber pasado el tiempo.

En el pueblo de VIVO D’ORCIA, gracias a sus maravillosas cascadas se pudieron construir molinos, herrería y lugares dedicados para la madera y el aprovechamiento del agua tan pura que descendía por la colina; hoy están abandonados. Incluso una central hidroeléctrica en el año 1920. Siena también aprovechó este agua y entre finales del S. XIX y principios del S. XX construyó un acueducto para llevarla hasta la ciudad. Destacan el Eremo Camaldolese del Vivo fundado alrededor del año 1000, la chiesa di San Marcello del S. XII que presenta influencias de arte románico y lombardo. Hay también un Oratorio dedicado a San Bartolomeo. El palazzo Cervini fue regalado al Cardenal Marcello Cervino por el Papa.

Para terminar y a modo de resumen, te diré que esta zona de cipreses mires por donde mires, además de la vista también podrás deleitarte el estógamo con el queso Pecorino de Pienza acompañado de un buen Brunello de Montalcino y unos sabrosos Picci con cualquier tipo de salsa.

Y ahora solo te deseo que disfrutes de la Val d’Orcia, de la Toscana y, en general, de toda Italia, porque es única.